Asientos de soja en un todoterreno, bolígrafos de maíz, teclados de caña de azúcar, embalajes de urea de cerdo o un mueble a partir de plumas de pollo. Todos estos objetos son reales, prototipos fabricados con plásticos, pero la nueva materia prima no es el petróleo, sino residuos agrícolas, ganaderos y domésticos. En breve, ordenadores, automóviles, juguetes, muebles, ropa, calzado, cosméticos, implantes médicos y todo tipo de embalajes de plástico empezarán a fabricarse con desechos. Son los bioplásticos, y los vertederos se están convirtiendo en los nuevos pozos de petróleo.