Ron Rivera, representante de la ONG citada, fue el encargado de presentarnos el FILTRON, una unidad de tratamiento de agua casera, de bajo coste, que potabiliza el agua contaminada. FILTRON ha recibido reconocimientos nacionales e internacionales y ya está presente en 13 países con más de un millón de usuarios.
Este sistema, con forma y tamaño de un simple cubo de agua, está fabricado a partir de cerámica, no requiere electricidad ni tecnología alguna para su funcionamiento. Está hecho de un 50% de barro rojo y 50% de aserrín (sustituible por cualquier otro material orgánico similar).
El funcionamiento es sencillo: el agua ha de ser filtrada por el recipiente, operando en razón de 1 a 2 litros por hora. Las bacterias, virus y otros contaminantes no pasan de ahí, debido también a la utilización de plata coloidal y a su composición de microporos. Tras su fabricación se realizan pruebas micro-biológicas y de control de calidad.
El desarrollo de esta tecnología ha estado apoyado por la Iniciativa IDEASS "Innovación para el Desarrollo y la Cooperación Sur-Sur" promovida por varios programas de cooperación internacional y enmarcada en los compromisos de las grandes cumbres mundiales de los 90 y de la Asamblea General del Milenio. Además, una empresa Zaragozana participa en el proyecto aportando uno de los componentes esenciales para el proceso de potabilización que realiza el filtro.
El precio de este aparato potabilizador está entre 5 a 7 euros en países como Nicaragua, Camboya; si bien en Guatemala asciende a 30 euros porque todo el proceso es realizado por una ONG local que se sustenta gracias a los beneficios de sus ventas. Las unidades caseras de tratamiento y almacenamiento seguro de agua permiten a muchas comunidades tratar el agua y lograr consumirla con la calidad normalizada por la OMS.
Esta opción puede representar una solución inmediata, no definitiva, al problema del agua potable mundial.