“Los planes verdes son iniciativas que pretenden el desarrollo de actividades y sectores más respetuosos con el medio ambiente y que buscan aprovechar la capacidad de generación de empleo de estos sectores en momentos de crisis, como la actual”, aseguró ayer Serrano en la inauguración de la jornada sobre economía verde y empleo organizada por la Secretaría Confederal de Medio Ambiente de CCOO.
Con una inversión que representa el 0,13% del PIB, España está a la cola de los países de la OCDE en el impulso a los planes verdes. Corea, por ejemplo, dedica a los mismos un 1,47% de su PIB, Alemania un 1% y China un 0,76%.
Serrano considera que la anunciada ley de economía sostenible, que previsiblemente se aprobará este otoño, presenta serias lagunas. “Dejando de lado si una ley es el instrumento adecuado para el fin propuesto, lo que conocemos de ella pretende abarcar tal variedad de vectores que se puede dudar de su efectividad, mas allá de situar enunciados a desarrollar en el futuro. Simultáneamente, esta misma amplitud conlleva a que advirtamos lagunas relevantes cómo el que no trate, por ejemplo, de responsabilidad social de la Empresa”.
El responsable de Medio Ambiente de CCOO cree que no podemos perder más tiempo en el cambio de modelo productivo, un cambio que precisa de una política fiscal decidida y reivindicó la puesta en marcha de una fiscalidad ambiental orientada al cambio de las pautas de producción y consumo y que sea compatible con los objetivos de mayor equidad social y suficiencia de las cuentas públicas.
Para Serrano, el camino hacia una economía más sostenible ha de anclarse en una transición justa. “Europa debe encontrar el equilibrio entre sus responsabilidades en la lucha contra el cambio climático y el riesgo de dumping ambiental. Pero este riesgo no puede ser excusa para la parálisis”, cree Serrano. “Transición justa no es este un término pensado sólo para países en vías de desarrollo, nosotros también estamos en una transición y debe garantizarse que los perjudicados no serán los trabajadores y trabajadoras. Defenderemos en Copenhague y en la cumbre previa de Barcelona la inclusión de este concepto en los acuerdos sobre cambio climático”
Transformación inevitable
La directora adjunta de Medio Ambiente del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS) de CCOO, Silvina Rabach, coincidió con Llorenç Serrano en que la transformación hacia un nuevo modelo productivo es inevitable. “La presión es muy fuerte: crisis económica, desempleo y pobreza, degradación ambiental y cambio climático. Los cambios que ya se están produciendo en la economía influyen sobre las condiciones de trabajo y el futuro de miles de trabajadores y trabajadoras y el sindicalismo no puede ser ajeno a esta evolución”, dijo.
Una idea compartida por el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, que clausuró la jornada.“Así como todas las demás transformaciones tecnológicas, que afectan a la producción y consumo han tenido grandes repercusiones en el empleo y en las relaciones laborales, la nueva revolución industrial que se está gestando también tendrá consecuencias decisivas sobre el empleo y las relaciones laborales. La más clara y evidente a día de hoy es la que se refiere a la creación de nuevos empleos y la conservación de los empleos existentes”.
Y en esta tránsito, añadió Toxo, “la tarea del movimiento sindical es actuar con inteligencia, adaptándose a los cambios de manera pro-activa y acogiendo favorablemente los nuevos empleos verdes”.
Pero no basta con dar la bienvenida a los empleos verdes, matizó el secretario general de CCOO. “Tenemos que considerar que los empleos existentes son todavía los empleos tradicionales, que es ahí donde se encuentran los empleos más vulnerables, que es ahí donde estamos perdiendo empleo y que esos son los empleos que hay que mantener. Digo esto no desde posiciones inmovilistas. Al contrario, soy plenamente consciente de que los cambios derivados de una economía baja en carbono y basada en recursos renovables, significan también cambios en los empleos y actividades tradicionales. Ahí está la clave del éxito o fracaso de la estrategia sindical que deberá adaptarse a los cambios que no solo son inevitables sino que, en cierta forma, son también deseables”.