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Lunes 15 de Marzo de 2010

Ante el día del consumo que se celebra el 15 de marzo, compartimos dudas, proezas y patinazos cotidianos, en clave de humor. Mira los trapos sucios y limpios que han salido… para aprender, echarnos unas risas y avanzar. ¿Qué nos cuentas tú?
Compra diaria
Empiezan los pecadillos… En el equipo seguimos tirando demasiado de supermercado. Y eso que sabemos, como nos contaba Esther Vivas, que el diferencial entre el precio en origen de un producto (pagado al campesino) y en destino (lo que pagamos en el súper) es una media del 490% y que en algunos alimentos éste puede llegar a superar el 1.000%, como es el caso de las patatas, los tomates, los pepinos o las zanahorias. Las grandes distribuidoras se quedan con buena parte de esa ganancia y cada tres minutos en Europa desaparece una explotación agraria, ya que los pequeños productores no pueden competir con la agroindustria.
Después de los abucheos a quienes abusan de súper (Uuuuh) llegan los aplausos a las alternativas (Plas plas plas!): quienes vamos al mercado para casi todo (¡y qué gusto de olores, conversaciones, colores!) y quiénes están en cooperativas de consumo y con ello no sólo consumen productos más sanos, sino más justos.
Reciclaje
Jordi nos cuenta que por despiste durante una semana no bajó al contenedor de envases y se deprimió al ver lo acumulado… en una semana ¡tres bolsas de plástico! Desde entonces, se fija mucho más en que los productos que compra no lleven mil envoltorios, bandejas, plásticos… Se cree que se llevará un aplauso, pero alguien le dice que si en vez de comprar en el súper, comprara en el mercado, no debería preocuparse por eso. Además le decimos que acumular todo eso en casa es de guarrete….
Se ofende y dice “¿por qué si lo hacen otros es un experimento guay y si lo hago yo soy un cerdo?”, en referencia a una iniciativa reciente que nos gustó mucho: Oriol Ferràndez, un activista catalán guardó toda la publicidad que recibió en su buzón durante un año y en los resultados muestra que recibió el equivalente a 2.500 litros de agua y 12 kilos de emisiones de CO2 (¡¡!!).
Ahí salta Mar porque al conocer aquel proyecto, tuvo una idea que luego no llevó a cabo (Uuuh! Abucheo): Colgar un cartel en su escalera de los de “No queremos publicidad” pero explicando por qué… Es otra manera de sensibilizar. Al cartero, a los vecinos a quien pase por delante de la portería… Cuenta que al final no lo propuso en su escalera porque es muy grande y ella justo acaba de entrar y no quería parecer friki… Y en nuestra particular terapia de grupo nos decimos que hay que superar el miedo a parecer friki con estas cosas…
Banca ética
En el tema banca ética hemos hecho pequeños avances (pedir información, rellenar formularios…) pero fallamos también, más que nada por imperdonable dejadez.
Ante la amenaza del abucheo colectivo para todos Aida pregunta si es atenuante el hecho de haber cancelado la recepción de recibos de papel de su banco convencional, para recibirlo todo por mail. Uhm… no exime, pero como atenuante, pase. Alguien pregunta si sabemos si en Triodos puedes sacar desde más de un cajero. Y si hay otros bancos éticos que funcionen bien. Nos liamos con que no es lo mismo una cuenta corriente que un depósito… y una cosa lleva a la otra y Laura cambia de tema y cuenta que hace un par de semanas se inició en la limpieza ecológica de la casa.
Bicis, higiene personal y más
Jordi interviene: hace un par de semanas recuperó su antigua bici! Transporte sano, ecológico y feliz! El primer día que la trajo a la oficina se la robaron. Aplausos y palmaditas de consuelo. A quién se le ocurre dejarla una noche aparcada en la calle…
Justo cuando nos íbamos a ir ya de tema, llega el punto álgido de la reunión: Aida comenta que ha dejado de usar compresas y tampones y se ha pasado a métodos más sostenibles… (Oooh… ovación en la sala y remolino de consultorio femenino).
Y de ahí a los pañuelos de papel y los pañuelos de tela. Y a la tala de árboles. Y a la extinción de algunas especies. Y al atún rojo, y a la pesca por arrastre (¿es mejor entonces comprar pescado de piscifactorías?), y a la necesidad de comprar productos de temporada…. y a algún desvarío entre tanta cuestión importante: “Yo para ahorrar productos de limpieza, voy por casa con calcetines… limpiando el suelo”. Ya te vale…
¿Y tú? ¿Te has parado a pensar en las implicaciones sociales de lo que consumes? ¿Has comenzado un nuevo hábito de consumo responsable? ¿Tienes dudas? ¿Respuestas a nuestras preguntas? ¡Participa!

Es tiempo de actuar

Es el momento de dejar de pensar que puede hacer el planeta por ti y pensar qué puedes hacer tú por el planeta.

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