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Miércoles 24 de Diciembre de 2003

Las cosas andan convulsas en el mundo del balón; a la gripe que padece la gallina de los huevos de oro de la televisión –la lluvia de millones que supuso el infantil optimismo de los directivos de las compañías de comunicación- se suma la reciente acusación de la FIFA a los equipos de fútbol europeos. Según el presidente de dicho organismo, estos equipos acuden a países en vías de desarrollo para buscar jugadores jóvenes a buen precio; este comportamiento, además de despreciable y neocolonialista, constituye una violación social y económica; al parecer, los equipos de fútbol más poderosos están robando sus mejores jugadores a los países en vías de desarrollo. Y lo peor -Blatter dixit-, es que, a cambio del robo, los equipos de origen de estos jugadores sólo reciben dinero. No pregunten; así se manifestaba en un artículo publicado en el Financial Times. El artículo no aclara si Blatter se ha tomado la molestia de preguntarle a las supuestas víctimas, los jugadores, por su opinión acerca de este asunto. Quizá conocía la respuesta. Sin embargo, podría tratarse de una pataleta; al parecer la FIFA anda con la mosca detrás de la oreja después de que los clubes de fútbol pidieran recibir compensación económica por ceder sus jugadores a las selecciones nacionales de fútbol.

El primer problema, los problemas financieros fruto de la corrección en el mercado de los derechos de televisión, parece más serio. Así se pone de manifiesto en el informe anual State of the Game 2003, elaborado por el Football Research Centre, centro dependiente de Birbeck, Universidad de Londres. A falta de un organismo similar en España, el estudio, que analiza únicamente los clubes de fútbol británicos, puede ser también de utilidad para obtener información indirecta acerca de la situación de los equipos españoles; éstos, seguramente, padecen problemas similares a los confrontados por sus primos británicos. El informe da luz a algunas, pocas, buenas noticias para los clubes de fútbol; éstos gozan de una fidelidad por parte de sus clientes que no tiene precedentes en otros negocios. La lealtad de los seguidores a sus equipos hace que la demanda sea insensible al precio; sea cual sea el precio de las entradas, de las camisetas o la calidad de los servicios, los aficionados no cambiarán de equipo. La demanda, al menos en el Reino Unido, está asegurada.

El informe también da luz a las prácticas de gestión de los equipos británicos. Aquí se acaban las buenas noticias; la mayor parte de los clubes de fútbol británicos no disponen de las herramientas de gobierno, gestión de riesgos y planificación necesarias. Sólo en la mitad de los casos los equipos cuentan con planes de negocio aprobados por sus consejos de administración; el porcentaje de equipos que disponen de sistemas de análisis de riesgos no llega a una cuarta parte. El informe también pone de manifiesto que las prácticas de gobierno corporativo de los clubes ingleses cotizados en bolsa, están sustancialmente por debajo de la media; el informe acaba por pedir a los equipos la adopción de un código de gobierno específicamente adaptado a las particularidades del fútbol; la gestión y los resultados de las sociedades se verían beneficiados con la implantación de dicho código. La formalización de determinadas prácticas de gobierno permitiría a los equipos el establecimiento de relaciones de cooperación con sus aficionados y las administraciones locales y, así, resolver más fácilmente las crisis que pudieran surgir.

Como es sabido, la necesidad de sistemas de gestión y gobierno adecuados cobra mayor importancia en un contexto como el actual, marcado por el colapso de los ingresos que los clubes reciben en concepto de derechos televisivos; así, casi tres cuartas partes de los directivos de equipos de fútbol británicos entrevistados en el informe de la Universidad de Londres, se manifiestan preocupados acerca de los niveles de endeudamiento y solvencia de sus equipos. En palabras del presidente de la Asociación Profesional de Futbolistas, los clubes de fútbol necesitan disponer de mecanismos de gobierno y planificación adecuados si quieren afrontar con posibilidades de éxito sus actuales problemas y, sobre todo, evitar que pudieran volver a darse en el futuro.

Desgraciadamente, las reflexiones anteriores –buen gobierno corporativo, gestión de riesgos, planificación...- no han llegado todavía a nuestras costas. Para constatar este extremo basta con hacer una visita, en este orden, a los websites de Manchester United (www.manutd.com) y Real Madrid (www.realmadrid.com). Aún teniendo presente que Manchester United es una sociedad cotizada, las diferencias en la calidad de la información pública disponible son abismales; en la información contenida en el website del Real Madrid la información sobre sistemas de gestión y gobierno brilla por su ausencia. También los números. Si exceptuamos los dorsales de los jugadores, claro. ¿El Zaragoza (www.realzaragoza.com)? Mejor no pregunten.

Ramón Pueyo
Economista
ramon@ecodes.org

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