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Viernes 01 de Abril de 2005

El mercurio es un elemento natural, es decir, la cantidad total existente en el mundo no puede ser modificada. La actuación de las personas sí puede, sin embargo liberar el mercurio que se encuentra en yacimientos relativamente estables, permitiéndole circular a través del aire, agua y la cadena alimenticia, y transformarse en compuestos más tóxicos.

El mercurio es uno de los contaminantes habituales en los alimentos. El riesgo que supone para la salud depende del tipo de alimento, de su procedencia y del contenido medio en el mismo pero, sobre todo, de la cantidad que de ese alimento ingiera una población o una persona determinada.

Expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunciaron el pasado año la necesidad de aplicar nuevas recomendaciones sobre los niveles máximos de diferentes variedades de fármacos en alimentos, incluyendo cadmio y metilmercurio, una de las formas más tóxicas del mercurio.
Un total de 58 expertos de 17 países participaron en el 61 encuentro del Comité de Expertos sobre aditivos alimentarios y contaminantes (Expert Committee on Food Additives, JECFA, en sus siglas inglesas), celebrado en Roma del 10 al 19 de junio. El JECFA, creado en 1956 por la FAO y la OMS, se encarga de asegurar la seguridad alimentaria, una de las funciones que realiza con el Codex Alimentarius.
Los expertos evaluaron los riesgos alimentarios relacionados con la presencia de cadmio y de metilmercurio.

El mercurio no es encontrado de forma natural en los alimentos, pero éste puede aparecer en la comida así como ser expandido en la cadena alimentaria por pequeños organismos que son consumidos por los humanos, por ejemplo a través de los peces. Las concentraciones de mercurio en los peces usualmente exceden en gran medida las concentraciones en el agua donde viven. El mercurio se acumula en el hígado y las aletas de cola de los peces, por lo que el pescado es el alimento con mayor riesgo.
Los productos de la cría de ganado pueden también contener eminentes cantidades de mercurio. El mercurio no es comúnmente encontrado en plantas, pero este puede entrar en el cuerpo humano a través de vegetales y otros cultivos (cuando sprays que contienen mercurio son aplicados en la agricultura.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), son los organismos encargados de establecer los límites máximos permitidos de contaminantes, lo que se conoce como la Ingesta Diaria Aceptable (ADI). Sin embargo, cada país puede establecer los niveles máximos permitidos de contaminantes en los distintos alimentos.
En cuanto al mercurio, los expertos del Comité han aportado información adicional basada en la ingesta tolerable de este producto, que debe ser de 1,6 miligramos por kilogramo de peso de una persona. Uno de los mayores riesgos que constituye la presencia de mercurio en alimentos lo sufren los fetos, que pueden recibir cantidades de la sustancia a través de la madre, aseguran los expertos.

El comité de expertos ha destacado que ciertas especies de pescado, como el pez espada y el tiburón, contienen elevadas cantidades de mercurio. Los expertos han lanzado un mensaje de alerta a los consumidores sobre las altas concentraciones de mercurio, problema por el que las autoridades sanitarias de los distintos países deben trabajar para eliminar, informa la OMS.

El año pasado el FDA (U.S. Food and Drug Administration) aconsejó a las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia evitar ciertos tipos de pescado. El objetivo del FDA era limitar la exposición de los no nacidos al mercurio, una neurotoxina de la que se encontraron altas concentraciones en algunas especies.

Los pescados que se encuentran al final de la cadena alimentaria: tiburón, pez espada, caballa, atunes grandes, etc., son los que acumulan cantidades mayores de mercurio a través de ingestión de otros peces. Sin duda, una señal de alerta sobre las consecuencias crecientes que para la salud conlleva el continuo deterioro del medio ambiente.

Aun así, diversas publicaciones especializadas (Food Today del Consejo Europeo sobre la Alimentación o Harvard Public Health Review) recuerdan los elevados beneficios asociados a una dieta rica en pescado, señalando que no debería prescindirse de la misma, evitando consumir excesivas cantidades de las especies apuntadas anteriormente.

Es tiempo de actuar

Es el momento de dejar de pensar que puede hacer el planeta por ti y pensar qué puedes hacer tú por el planeta.

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