En una década, se ha pasado de hablar a chatear, de pensar a procesar, de borrar a resetear, de enlazar a linkar y de pulsar a hacer clic. El número de grandes y pequeños aparatos electrónicos se ha triplicado en los hogares en las últimas tres décadas. Utilizarlos de forma ecológica no sólo contribuirá a alargar su vida útil, sino también a reducir la factura de la electricidad. Por no hablar del medio ambiente, que agradecerá la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) causantes del cambio climático y el control de componentes tóxicos que contaminen la naturaleza. [Ver noticia completa en Consumer Eroski]