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Martes 27 de Enero de 2004

Los más de 80,000 participantes en el Foro Social Mundial que se ha celebrado en Bombay del 16 al 21 de enero teníamos en común el entusiasmo y el convencimiento de que “Otro Mundo es Posible”, y de que los foros sociales mundiales constituyen un espacio donde construirlo juntos. Sin embargo se alzan algunas voces críticas sobre si estamos aprovechando estos espacios y este proceso, iniciado en Porto Alegre en el 2001, de la mejor forma posible.

Hubo luces y sombras. Entre las “luces”, como han destacado los miembros del Comité Organizador, la misma realización del Foro en Bombay, a pesar de las dificultades. El haber trasladado el Foro este año a la India ha tenido aspectos muy positivos, involucrando en este proceso a miles de personas de Asia que no habían participado en las ediciones anteriores en Brasil.

A pesar de las graves dificultades presupuestarias y de las hostiles condiciones del entorno (un enorme recinto muy polvoriento con grandes naves con muy mala acústica), las organizaciones indias prepararon todo con mucho cariño, visible en pequeños detalles, como los espacios donde se organizaban los talleres, preparados con cálidas telas de saco color ocre que nos hacían sentir muy cómodos, la guardería para los niños, los platos de materiales reciclables, etc.

Entre las “sombras” deben mencionarse los problemas de traducción, que supusieron un gran obstáculo para muchos de los participantes. Estaba previsto un servicio de traducción a varios idiomas por un grupo de voluntarios en las conferencias grandes, pero por problemas técnicos en muchas ocasiones no se pudieron escuchar las conferencias ni en español ni en francés. Por otra parte, los cientos de talleres que se organizaban en paralelo a lo largo del día se hicieron solo en inglés, lo que limitaba la calidad de algunas de las ponencias e impedía la participación en los debates de muchos de los presentes.

Los largos desplazamiento necesarios en una ciudad como Bombay nos hacían tomar conciencia de la realidad de la ciudad donde se organizaba el Foro. A pesar de las importantes cifras de participantes, suponíamos sólo una gotita de agua en un mar de 16 millones de habitantes en condiciones de vida durísimas. A tan solo dos manzanas del recinto del Foro nadie sabía de qué se estaba hablando allá.

Más luces, en esta edición del Foro se contó con muchos participantes de organizaciones de base, entre ellos alrededor de 30,000 dalits o intocables, sin duda un logro muy importante para evitar encuentros donde solo se debaten ideas por un grupo reducido de intelectuales. Sin embargo, más sombras: algunos de nosotros no podíamos evitar un sentimiento de tristeza al ver desfilar por las avenidas del recinto a tantos grupos con distintas pancartas y eslóganes, muchos de los cuales no alcanzábamos a entender. ¿Cuánta esperanza habrían puesto todos esos hombres y mujeres al llegar a Bombay? Repartían folletos, nos invitaban a bailar y cantar con ellos unos metros, los periodistas les tomaban fotos y los filmaban, sobre todo si llevaban ropas y tocados vistosos, pero ¿y qué se llevarían ellos del Foro? ¿Se verían cumplidas sus expectativas?

Estudiar las 116 páginas de eventos del programa y escoger entre los más de 300 actos organizados cada día en cuáles participar era un tremendo reto. Todos los días se organizaban conferencias, mesas redondas y testimonios de ponentes destacados, y alrededor de 100 seminarios y talleres a lo largo de largas jornadas, que iniciaban a las 9h00 y finalizaban a las 20h00. En todos los talleres se daban oportunidades de contacto interesantes, de construcción de redes, en algunos se alcanzaron acuerdos concretos, pero el elevado número llevaba a una innecesaria dispersión de los participantes y a que en algunos eventos hubiera menos de 10 personas. El organizador de uno de ellos, sobre inversión extranjera en países del Sur, comentaba que consideraron un éxito el que asistieran más de 100 personas. Se da el mismo fenómeno de dispersión que en las conferencias oficiales organizadas por Naciones Unidas: muchas organizaciones quieren organizar su evento, tener visibilidad. Una tremenda necesidad de hablar y poco tiempo para escuchar a los demás.

Surgen varias preguntas, ¿es necesario que se junten más de 80,000 personas en un mismo espacio para luego dispersarse y trabajar de forma desagregada por afinidades temáticas tradicionales?

Más sombras. En la conferencia inaugural, donde miles de personas esperábamos con ilusión, se oyeron llamados a la lucha: contra el imperialismo, contra el presidente Bush, contra las multinacionales...Nada nuevo. Sin duda el elemento aglutinador de todos los presentes es el rechazo a ese modelo de desarrollo. Pero, ¿la energía y el entusiasmo de tantos miles de personas no pueden canalizarse de una forma más creativa y constructiva? Se entienden las dificultades, el temor a la politización y al dogmatismo, pero no parece suficiente tomar como elemento común el rechazo, la oposición, la confrontación. Muchos afirman que hacen falta los números para tener la fuerza para dialogar con esos actores, y por miedo a perder gente por el camino no se ensayan fórmulas propositivas desde lo que une y no desde lo que divide, fórmulas desde el amor y no desde el odio.

Sin duda el proceso iniciado en Porto Alegre hace 4 años tiene un tremendo potencial. El crear un espacio libre de encuentro de movimientos y organizaciones que sueñan con cambiar el mundo es en si tremendamente estimulante. Se siente maravilloso encontrar compañeros de ruta, compartir ilusiones, pero me queda un tremendo sentimiento crítico, podemos y debemos hacer más. Hace falta dar un paso adicional hacia la concreción, a través de buscar más profundamente lo que nos une, a los presentes y a los no presentes, entre actores y sectores hasta ahora confrontados (sociedad civil, sector privado, sector público), pero también entre los presentes, que siguen agrupándose por afinidades temáticas (anti-belicismo, género, derechos humanos, privatización y un largo etcétera), y si no se solucionan los problemas de traducción, por zonas geográficas e idiomas.

En el 2005 el Foro vuelve a Porto Alegre. La construcción de propuestas innovadoras y concretas, desde la cabeza pero también desde el corazón, es imprescindible para ir dándole forma y contenido a este proceso, imprescindible como alternativa al modelo imperante.

Es tiempo de actuar

Es el momento de dejar de pensar que puede hacer el planeta por ti y pensar qué puedes hacer tú por el planeta.

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