En los últimos años, organizaciones activistas que tradicionalmente han denunciado los impactos medioambientales, sociales y sobre los derechos humanos de determinadas actividades, han comenzado a seguir el hilo del dinero, dirigiendo también sus presiones a las fuentes de financiación de actividades y proyectos controvertidos. Debido en parte a estas presiones, veinte instituciones financieras de diferentes países han adoptado los Principios de Ecuador, un marco que pretende asegurar que los proyectos financiados por los bancos firmantes se desarrollan de un modo socialmente responsable. En enero de 2004 Citigroup, una de las entidades firmantes, en colaboración con Rainforest Action Network ha extendido su compromiso con estos principios, adoptando nuevas políticas sociales y medioambientales. Éstas incluyen aspectos como no invertir en actividades de la industria extractiva llevadas a cabo en bosques primarios y otros entornos sensibles, la difusión del papel del sector financiero en la reducción de los gases de efecto invernadero, y el desarrollo de un programa para la inversión en silvicultura sostenible y en energías renovables.