Fuente: Heraldo de Aragón
La nueva propuesta sobre el embalse de Biscarrués, que supondría evitar la inundación de Erés y elevar de 192 a 350 hectómetros cúbicos la reserva de agua para el sistema de Riegos del Alto Aragón, ha sido acogida con cautela y un cierto escepticismo por los regantes y los afectados por el citado proyecto de regulación del Gállego.
La propuesta complementaria al proyecto inicial de Biscarrués fue analizada el pasado martes por la ponencia de obras de la Comisión del Agua, aunque el documento está todavía en fase de elaboración y no se han finalizado los informes técnicos para poder concretar su viabilidad y los plazos de ejecución.
Pese a que las partes implicadas en la negociación apuestan por mantener el diálogo e intentar un consenso lo más amplio posible, las posturas de cada uno de los protagonistas siguen mostrando, con matices, las mismas discrepancias y recelos con las que iniciaron las conversaciones. Al menos oficialmente.
No obstante, todos coinciden a la hora de destacar "la importancia del esfuerzo de diálogo y el trabajo que está llevando a cabo la Comisión del Agua para encontrar vías de solución a los conflictos hidráulicos que arrastra desde hace muchos años la Comunidad Autónoma". "Si fue posible -añaden- alcanzar acuerdos sobre Yesa y San Salvador como alternativa a Santaliestra, también hay posibilidad de acercar las posturas en Biscarrués".
El presidente de Riegos del Alto Aragón, César Trillo, manifiestó ayer que "no estamos a favor de la nueva propuesta, porque no hay una alternativa que mejore el proyecto inicial de Biscarrués con una capacidad de 192 hectómetros cúbicos, a los que hay que sumar los 250 de regulación dentro del propio sistema de riegos del Alto Aragón. Además, las obras se pueden iniciar en dos meses, mientras que si se cambia habrá un retraso de 6 a 8 años. Estamos estudiando todas las posibilidades, pero seguimos trabajando de cara a los afectados directos".
Luis Ciudad, representante de los regantes en la Comisión, admitió que "las posturas están muy distanciadas, pero lo importante es que la Comisión apuesta por elevar a 350 hectómetros cúbicos el caudal para los regadíos actuales y futuros. Ya veremos lo que dicen los técnicos y en función de ello podremos decidir dónde se almacenan, pero lo mejor es que avanzamos hacia el acuerdo".
El secretario general de UAGA y presidente de la ponencia de la Comisión, Javier Sánchez, indicó que "la posición oficial de UAGA es el embalse inicial de 192 hectómetros cúbicos, pero si técnicamente se garantizan los 350 y se aseguran los regadíos actuales y futuros podremos avanzar hacia el consenso. Como presidente de la ponencia creo que ya se han debatido todas las posiciones y que hay bases suficientes para que en un plazo de quince días pueda estar listo un borrador de dictamen que cumpla los objetivos y tenga el máximo respaldo".
Pedro Arrojo, dirigente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, señaló que "no es necesario ningún tipo de embalses y seguimos rechazando Biscarrués, porque afecta a un tramo que debe seguir íntegro y pone en peligro la rentabilidad de la actividad turística y de ocio de la zona. No hace falta más regulación, lo que es necesario es modernizar y reestructurar los regadíos y apoyar a la explotación familiar agraria. Cualquier avance para acercar las posturas es positivo, aunque técnicamente no sea el mejor.".
Lola Giménez, portavoz de la Plataforma de Biscarrués, consideró que "ahora es muy precipitado hacer una valoración sobre una propuesta genérica y sin conocer los informes técnicos. No-sotros estamos en contra de que se construya el pantano, sea del tamaño que sea, y no fijaremos nuestra posición hasta la semana que viene, una vez que el tema se debata en la reunión que celebraremos los afectados por obras hidráulicas y los ecologistas".