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Jueves 06 de Marzo de 2003

Como es sabido, la adopción de criterios de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) comienza a ser habitual por parte de inversores institucionales y grandes proveedores de índices; esta tendencia responde a la percepción de que las prácticas empresariales en materia social y ambiental son un buen indicador de la calidad en la gestión y el gobierno de una determinada empresa; además, el ejercicio de la RSC por parte de los inversores institucionales se ve acentuado con la constatación de que la adopción de criterios RSC no daña la rentabilidad ofrecida al inversor. Más bien al contrario. La adopción del enfoque RSC da, por tanto, a las empresas acceso al ahorro ofertado en el mercado de productos financieros reservado a las empresas que acreditan niveles aceptables de RSC, de acuerdo con el rating de agencias independientes.

La constatación de que las empresas no pueden ser gestionadas de espaldas a las necesidades de las sociedades en las que operan, es la que parece estar detrás de la decisión adoptada recientemente por parte de algunos de los mayores inversores institucionales del Reino Unido; el pasado día 24 de marzo, grandes casas de inversión como Schroders, Morley o Henderson Global Investors, pedían a las mayores compañías farmacéuticas del mundo que adoptaran políticas de precios que hicieran sus productos accesibles a las poblaciones de los países en vías de desarrollo. Consideran éste un asunto de crucial importancia para el valor a largo plazo de las compañías farmacéuticas.

El anterior no es más que el último ejemplo acerca de cómo los inversores institucionales otorgan valor a las prácticas en materia de RSC; así, el mayor inversor institucional británico, Hermes BT, declara, en su ideario de inversión, que una compañía gestionada en el interés a largo plazo de sus accionistas necesitará gestionar eficazmente las relaciones con sus clientes, empleados y proveedores, tener respeto por el medioambiente y por la sociedad en el seno de la cual desarrolla sus actividades; Hermes BT gestiona activos por valor de más de cuarenta y siete mil millones de euros.

El interés de los mercados financieros por la RSC se pone de manifiesto también en la proliferación de índices selectivos que incorporan criterios RSC a la selección de empresas constituyentes. Hace unos días se anunciaba la nueva composición de la serie de índices bursátiles FTSE4GOOD; se trata de una familia de índices en los que las empresas constituyentes son también seleccionadas en base a criterios RSC. FTSE no es sino el último de los grandes proveedores de índices en ofertar un índice selectivo de este tipo.

De un lado, los índices FTSE4GOOD excluyen a las empresas que desarrollan actividades en determinados sectores; de otro, los índices incluyen las empresas que acreditan de manera suficiente la observancia de criterios de sostenibilidad medioambiental, derechos humanos y transparencia en las relaciones con los grupos de interés. En la práctica, la asociación a tales índices exige que las empresas aspirantes cuenten con instrumentos formales de RSC en los ámbitos social y medioambiental. Una vez aplicados los criterios RSC sobre el universo de inversión, se aplican los criterios financieros que deciden cuáles de entre las empresas que pasan el filtrado RSC constituyen finalmente el índice.

Hasta fechas recientes, era poco frecuente encontrar compañías españolas presentes en índices bursátiles RSC, ninguna empresa española se encontraba entre las preferidas de los inversores RSC; más aún, al establecer una comparación acerca de la presencia de empresas españolas entre índices convencionales e índices RSC selectivos, se podía constatar que las compañías españolas se encontraban infrarrepresentadas en éstos últimos; así, hasta su última revisión, el índice FTSE4GOOD Europe 50 no contaba con ninguna empresa española entre sus constituyentes, mientras que el DJ EUROSTOXX 50 venía contando habitualmente con cinco empresas españolas. El análisis de índices más amplios permitía concluir que la presencia de empresas españolas en índices selectivos RSC era un cincuenta por ciento inferior respecto de índices convencionales de similar universo. Una primera conclusión era que las compañías españolas hacían un menor uso de las herramientas RSC a su alcance que compañías foráneas de similar tamaño.

Con la última revisión, son seis las compañías españolas presentes en los índices RSC de FTSE: SCH, Bankinter, Gas Natural, Inditex, Repsol YPF y Telefónica. Dos de ellas, Telefónica y SCH han entrado a formar parte del más selectivo FTSE4GOOD Europe 50. Aunque todavía puede hablarse de infrarrepresentación de empresas españolas en los índices RSC -EUROSTOXX 50, índice convencional, sigue contando con cinco empresas españolas- parece claro que las compañías españolas comienzan a hacer uso de las herramientas de formalización RSC imprescindibles para acceder estos mercados.

Quizá a algún lector le sorprenda la decisión de incluir alguna de las compañías españolas mencionadas; eso lo dejaré para otro día.

Ramón Pueyo
Economista
Fundación Ecología y Desarrollo
ramon@ecodes.org

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