La Pobreza Energética se define como la situación que sufren los hogares que son incapaces de pagar los servicios mínimos de energía que satisfagan sus necesidades domésticas básicas o que se ven obligados a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar las facturas energéticas de sus viviendas. Este problema relaciona directamente aspectos sociales, como son la pobreza y la exclusión social, con problemas ambientales y de política energética, como es el precio de la energía doméstica o la eficiencia energética en el parque de viviendas residenciales.
El número de familias en situación de pobreza energética se ha visto incrementado de manera alarmante en los últimos años. Basándonos en datos del INE de 2010, y en el incremento del coste de la energía producido desde entonces, se estima que actualmente más de 11% de la población en España no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada en los meses fríos, y más del 15% invierte al menos el 10% de sus ingresos totales para poder hacer frente a las facturas energéticas, porcentaje que sigue aumentado año a año.
Hay varios factores que han provocado este aumento, como son el incremento del precio de la energía, la falta de concienciación y desconocimiento del uso eficiente de ella, un parque residencial que fue construido sin seguir ningún tipo de criterio de eficiencia energética o la disminución de los recursos económicos de gran porcentaje de la población, haciendo que los pocos recursos con los que cuentan sean destinados a otras necesidades prioritarias como son el pago de la vivienda o los alimentos, por delante de la calefacción, el agua caliente o la iluminación.
Vivir en una vivienda que esta aclimatada de forma deficiente y que no puede mantener una temperatura adecuada en su interior puede provocar serios problemas para la salud tanto físicos (artritis, neumonía, asma…) como mentales (depresiones), principalmente en la población más vulnerable como son las personas de edad avanzada. Según se destaca en el último informe del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), la pobreza energética podría ser causa de entre 2.300 y 9.300 muertes prematuras cada año a nivel estatal durante la estación invernal, con especial incidencia entre las personas de la tercera edad. Para calibrar el impacto real en la mortalidad vinculada a las dificultades para costear el gasto.
Fotografías: María Arranz