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Jueves 27 de Enero de 2005

En los últimos días han telefoneado a Ecodes desde algún medio de comunicación, para conocer nuestra opinión acerca de la buena cantidad de páginas que dedica al movimiento pro-RSC el último número de The Economist.

La prensa en España se hizo eco de esta cadena de artículos, muy críticos con este enfoque de la actividad empresarial. Por ejemplo en Responsables.biz, o en ABC.

Nuestras respuestas siguieron una línea muy sencilla:

El punto de partida adoptado por The Economist distorsiona la realidad: desde su punto de vista, los defensores de la RSC son bien anticapitalistas furibundos, bien gestores acomplejados; como última opción, cínicos oportunistas. Recurrir a Christian Aid para ilustrar esta cuestión no es objetivo, como quedó claro hace ya casi un año.

The Economist asimila “RSC” a “filantropía”, contraponiéndola a la honestidad, integridad, y adecuada satisfacción de las necesidades de accionistas, clientes y empleados ¡sorprendente! ¿De qué estamos hablando?

Es decir, en estos artículos The Economist iguala RSC a despilfarro de recursos de las empresas. ¿Hasta cuándo habrá que insistir en que la RSC tiene más que ver en el modo en que las empresas hacen dinero, que con el modo en que lo gastan?

La postura que hemos venido defendiendo en Ecodes es muy simple: es positivo para los beneficios empresariales que una compañía sea capaz de establecer relaciones de cooperación no oportunistas con sus grupos de interés concurrentes, esto es, con sus accionistas, pero también con sus clientes, empleados, proveedores, y organizaciones de las sociedades en las que la compañía opera. Entre otros motivos, por el afianzamiento de la confianza, auténtico “engrasante” y condición necesaria para que los mercados funcionen.

Esta postura es, por cierto, coherente con tres artículos muy interesantes “blogueados” en los últimos días:

En Ooopsh!, con su Los "gurus" economist... Pues va a ser que no, donde se relaciona esta cuestión con el Cluetrain Manifiesto, interesantísima aproximación al “stakeholder dialogue” desde el mundo de Internet.

En Ecores.org, donde Michael Narberhaus aporta seis breves reflexiones muy clarificadoras.

Y en CSR in China, donde en The Economist slams Corporate Social Responsibility; still keener on Enron perhaps, además de señalar las incoherencias conceptuales, recurre a anteriores artículos “proféticos” de la revista.

Responsables.biz también ha enlazado el estudio de Arthur Laffer, Does Corporate Social Responsibility Enhance Business Profitability?, que ha sido a su vez comentado en Ethical Corporation, donde con cierta visión “conspiranoica” advierten de la coincidencia en las fechas de publicación de ambos estudios.

Este último estudio concluye que no se aprecia evidencia empírica de que los resultados económicos de 28 empresas, incluidas entre las cien del ranking RSC de la revista Bussines Ethics, sean mejores que los de competidores directos no incluidos en dicho ranking. Desde aquí tan sólo nos queda señalar que el estudio de Laffer no señala tampoco ninguna correlación negativa; y que las empresas presentes en dicho ranking gozan de un escaparate del qyue carecen sus competidores no incluidos. En cualquier caso, Laffer ha prescindido de estudiar esta posible correlación mediante un sistema que hubiera sido sin duda más objetivo: confrontar Dow Jones Sustainability Index o FTSE4Good con sus índices de referencia.


Escrito por Jesús Llaría

Es tiempo de actuar

Es el momento de dejar de pensar que puede hacer el planeta por ti y pensar qué puedes hacer tú por el planeta.

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