Fuente: La Vanguardia
Las 187 naciones participantes en la octava conferencia sobre diversidad biológica acordaron en su última jornada conservar al menos el 10% de todas la regiones ecológicas del planeta en 2010. Esto significa que cada uno de sus ecosistemas deberán tener como mínimo ese porcentaje de protección en cuatro años. La medida deberá ser aplicada por los gobiernos al revisar sus políticas para cumplir el objetivo de frenar la pérdida mundial de especies en el 2010. Zonas costeras y de montaña, cuencas de ríos, bosques y tierras áridas deberán protegerse bajo esta premisa.
Aun así, frenar la pérdida de especies en el año 2010 va a resultar casi imposible, dados los tímidos avances en esta conferencia. Pero estos pasos tan lentos son habituales en lass conferencias de la ONU, en donde negociaciones deben cerrarse por consenso total.
La conferencia no había logrado anoche un acuerdo para la creación de reservas marinas en alta mar. La reunión debía fijar los criterios técnicos y científicos para identificar las áreas marinas a proteger para que luego las aprobara la ONU (al tratarse de aguas internacionales). Sin embargo, Australia y Nueva Zelanda se oponían firmemente. Dos razones pueden influir. Australia mantiene litigios territoriales en el Pacífico y, en segundo lugar, su Gobierno no quiere distorsiones de la legislación internacional (que, de aceptarse, pasa inmediatamente a regir como su derecho nacional)
Anoche faltaba por concretar la instauración de los certificados de origen para controlar la biopiratería de los recursos genéticos en el Tercer Mundo, que podrían ser obligatorias a partir del 2010 (si se aprueban en la décima conferencia). La biopiratería del oro verde convierte ahora la sabiduría nativa sobre la naturaleza en productos comerciales usados o patentados (fármacos, cosméticos) sin consentimiento previo del país ni reparto de beneficiosos con sus poblaciones.
Hasta última hora había grandes desacuerdos sobre asuntos financieros.
Aumentará un3% el presupuesto principal del convenio, pero EE. UU. y Japón anunciaron que recortarían sus aportaciones al Fondo Mundial para el Medio Ambiente que va destinado a proyectos de conservación en todo el mundo. Existían divergencias sobre las nuevas normas de funcionamiento de este fondo, pues se quiere esquinar a las naciones sospechosas de corrupción. Pero muchos países se resisten a esta exclusión. Entre los logros de la conferencia están la aprobación de un plan de trabajo para salvar la biodiversidad de las islas o la adopción de un acuerdo para suprimir los subsidios "perversos" en agricultura, pesca o transporte aéreo, actividades de fuerte impacto ambiental. También se mantiene la moratoria a las semillas transgénicas estériles (terminator),ideadas por el sector agroquímico para que mueran tras la cosecha y el agricultor deba comprarlas cada año.
Mientras tanto, las iniciativas de algunos países de crear nuevos parques y reservas en zonas interfronterizas han sido el principal motivo de esperanza. Los gobiernos de Brunei, Indonesia y Malasia esperan frenar la deforestación en esta zona, y han prometido duplicar las zonas protegidas (hasta 220.000 km2).
Las repúblicas del centro de Asia (Uzbekistán…) reservarán el 44% de su geografía compartida (1,8 millones dekm2)para unir parques nacionales y crear corredores de vida silvestre para proteger sus estepas, desiertos, montañas y tundra.
Pero muchas de las iniciativas de conservación las promueven grupos ambientalistas, en lugar de los gobiernos. Un caso claro es el de Europa, que "ni siquiera es capaz de poner dinero para sus áreas protegidas de la Red Natura 2000", según explicó Alejandro Sánchez, portavoz de BirdLife International y director ejecutivo de la Sociedad Española de Ornitología (SEO). Sánchez destacó también que las áreas de importancia para las aves (IBAs) identificadas por esta organización servirán para evaluar el progreso del Objetivo 2010.